La mayor parte de la energía empleada actualmente en el mundo proviene de los combustibles fósiles. Se utilizan en el transporte, para generar electricidad, para calentar ambientes, para cocinar, etc.
Los combustibles fósiles son tres: petróleo, carbón, gas natural, y se formaron hace millones de años, a partir de restos orgánicos de plantas y animales muertos. Durante miles de años de evolución del planeta, los restos de seres que lo poblaron en sus distintas etapas se fueron depositando en el agua. Allí fueron cubiertos por capa tras capa de sedimento. Fueron necesarios millones de años para que las reacciones químicas de descomposición y la presión ejercida por el peso de esas capas transformasen a esos restos orgánicos en gas, petróleo o carbón.
Los combustibles fósiles son recursos no renovables ya que se acabarán gastando algún día.
-Petróleo: Líquido oleoso compuesto de carbono e hidrógeno. Se encuentra en profundidades que varían entre los 500 y los 4.000 metros. Este recurso, se usa desde hace mucho tiempo, como por ejemplo los egipcios para conservar a las momias.
Actualmente, las refinerías y las industrias petroquímicas extraen del petróleo diferentes productos para distintas aplicaciones: gasolina, gasóleo, aceites, etc. además de numerosos subproductos que sirven para fabricar plásticos, detergentes, cosméticos, etc.
-Carbón: Es un combustible fósil que se origina por la descomposición de materia vegetal acumulada y cubierta por agua en el agua. El proceso ocurre en ausencia de oxígeno y por la acción de bacterias, que además de descomponer la materia vegetal propician que esta vaya aumentando su contenido de carbono (carbonificación). La calidad y el poder calorífico del carbón resultante dependerán del tiempo durante el cual continúe el proceso de carbonificación.
-Gas natural: Está compuesto principalmente por metano, un compuesto químico hecho de átomos de carbono e hidrógeno. Se encuentra bajo tierra, habitualmente en compañía de petróleo. Se extrae mediante tuberías, y se almacena directamente en grandes tanques. Luego se distribuye a los usuarios a través de gasoductos. Como es inodoro e incoloro, al extraerlo se mezcla con una sustancia que le da un fuerte y desagradable olor. De este modo, las personas pueden darse cuenta de que existe una filtración o escape de gas.
Los combustibles fósiles son tres: petróleo, carbón, gas natural, y se formaron hace millones de años, a partir de restos orgánicos de plantas y animales muertos. Durante miles de años de evolución del planeta, los restos de seres que lo poblaron en sus distintas etapas se fueron depositando en el agua. Allí fueron cubiertos por capa tras capa de sedimento. Fueron necesarios millones de años para que las reacciones químicas de descomposición y la presión ejercida por el peso de esas capas transformasen a esos restos orgánicos en gas, petróleo o carbón.
Los combustibles fósiles son recursos no renovables ya que se acabarán gastando algún día.
-Petróleo: Líquido oleoso compuesto de carbono e hidrógeno. Se encuentra en profundidades que varían entre los 500 y los 4.000 metros. Este recurso, se usa desde hace mucho tiempo, como por ejemplo los egipcios para conservar a las momias.
Actualmente, las refinerías y las industrias petroquímicas extraen del petróleo diferentes productos para distintas aplicaciones: gasolina, gasóleo, aceites, etc. además de numerosos subproductos que sirven para fabricar plásticos, detergentes, cosméticos, etc.
-Carbón: Es un combustible fósil que se origina por la descomposición de materia vegetal acumulada y cubierta por agua en el agua. El proceso ocurre en ausencia de oxígeno y por la acción de bacterias, que además de descomponer la materia vegetal propician que esta vaya aumentando su contenido de carbono (carbonificación). La calidad y el poder calorífico del carbón resultante dependerán del tiempo durante el cual continúe el proceso de carbonificación.
-Gas natural: Está compuesto principalmente por metano, un compuesto químico hecho de átomos de carbono e hidrógeno. Se encuentra bajo tierra, habitualmente en compañía de petróleo. Se extrae mediante tuberías, y se almacena directamente en grandes tanques. Luego se distribuye a los usuarios a través de gasoductos. Como es inodoro e incoloro, al extraerlo se mezcla con una sustancia que le da un fuerte y desagradable olor. De este modo, las personas pueden darse cuenta de que existe una filtración o escape de gas.
